miércoles, 27 de febrero de 2008

Hay días tristes de nubes grises,

días atormentados de rayos y truenos,

días asustados de fuertes aguaceros.

Hay días agobiantes de niebla espesa,

días inacabables de cielo blanco e insípido.

Pero si subes un poco más alto,

si sobrepasas las nubes,

compruebas que siempre,

allá arriba,

brilla el sol con una fuerza imperturbable.

2 comentarios:

Olwen dijo...

Cierto...
Lo que ocurre es que a veces no sabemos cómo subir ese espacio que nos dará la luz suficiente para iluminar nuestras tinieblas.

Gracias, viajera.

Anónimo dijo...

Creo que no es necesario llegar hasta allí para buscar la luz. Basta con tener la certeza de que está, ¿no?